Era ciencia ficción, pero en ellas se sostiene la singularidad tecnológica para aventurarse a realizar semejantes previsiones futuras de una realidad distópica. En este año empezó a ser considerada como amenaza global letal el calentamiento del planeta y sus secuelas. En 2018, éste y el riesgo nuclear vigente, hicieron que el reloj se quedara a dos minutos de nuevo. Estas 2 últimas son las primordiales realidades que, según estos científicos, pueden acabar con la vida en la Tierra.
Actualidad, televisión, crónica, deportes, gente, política y todas y cada una de las noticias sobre su localidad. El 26 de diciembre de 1983 estuvimos a un botón de que la Unión Soviética lanzara sus misiles contra USA. Un error en el sistema soviético dio a entender que estaban siendo atacados, el protocolo decía que debían responder lanzando sus misiles pero un el oficial de servicio de aquel instante decidió no pulsar el botón. Es más, en las últimas décadas la calidad de los espermatozoides humanos ha disminuido enormemente, tal vez por la polución aunque no se conoce por certeza. Si el reloj llegara a la medianoche, algo que aguardamos que nunca pase, querría decir que algún acontecimiento o eventos han acabado con la humanidad.
Midiendo Mucho Más Un Nivel De Preocupación Que Una Fecha Para El Apocalipsis
Los elementos que han alejado el segundero de este simbólico reloj de la humanidad hacia la hora cero son este año la falta de control de armas nucleares en varios países, la escasa contestación frente al cambio climático y el aumento de la “guerra de la información”. “El cerebro es la estructura mucho más complicada del cosmos y, además, el único órgano que aún no se ha creado artificialmente. No obstante, los científicos están empezando a estudiar el cerebro sistemáticamente y vamos a tener una explosión de la inteligencia artificial”, enseña el profesor de la Singularity University. Éstos, como en \’El hombre bicentenario\’, van a llegar incluso a tener sentimientos. “La humanidad prosigue enfrentándose a 2 peligros existenciales simultáneos, la guerra nuclear y el cambio climático, que se ven agravados por un multiplicador de amenazas, la guerra de información cibernética, que socava la aptitud de la sociedad para responder.
De esta manera empieza José Saramago Las intermitencias de la muerte, una novela donde un 1 de enero de no se conoce bien qué año los humanos dejaron de morir, proponiendo un problema de tremenda intensidad para la sociedad y un desafío demográfico bien difícil de imaginar. Según los cálculos de la comunidad científica que comenta Gee, el consenso general es que el incremento población -hoy en día viven más del doble de personas en la Tierra que en alcanzará su punto máximo en la época del siglo XXI. Incluso si no sucediese ningún desastre antes, “en 2100 el tamaño de la población podría ser inferior al de hoy”. Desde aquí Gee sospecha que la población no solo va a contraerse, sino a colapsar. En un artículo reciente de en la Scientif American, el paleontólogo, biólogo evolutivo y editor de la revista Nature, Henry Gee, intentó de explicar la cercana extinción humana. “Las señales ya están ahí para quien quiera verlas”, dice Gee, “El interrogante es ¿qué tan rápido?
Relaciones Humanas
“El reloj del Día del Juicio Final sigue inamovible peligrosamente, recordándonos cuánto trabajo se necesita para garantizar un mundo más seguro y saludable”, reflexiona Rachel Bronson, presidenta del Folleto de Científicos Atómicos. “Debemos proseguir alejando las manecillas del reloj de la medianoche”. Además, apuntaron que el cambio climático llegaba a escenarios preocupantes, que van a hacer que sea cada vez más difícil revertirlo. Tras años parcialmente relajados, en el 2018 los miembros de The Bulletin of Atomic Scientists alertaron que otra vez se vivía una latente progresión de hostilidades entre potencias nucleares. Los estudiosos se percataron que un arma tan mortal como la bomba atómica abría la oportunidad real de que el fin del mundo no estuviese lejísimos de acontecer por culpa de la mano del hombre.
La situación de seguridad en todo el mundo es grave, no solo por el hecho de que hay estas amenazas, sino más bien porque los líderes mundiales han permitido que la infraestructura política en todo el mundo para gestionarlos se erosione”, resaltan los autores del informe. Inicialmente, la analogía representaba la amenaza de una guerra nuclear global que terminaría con toda civilización, pero en un momento en que todo el mundo está comentando la película \’No mires arriba\’ las cosas han cambiado un tanto. Los científicos se percataron de que la guerra nuclear no era el inconveniente mucho más grave (o por lo menos no el único) y desde hace cierto tiempo también se incluyen otros fenómenos como el cambio climático o nuevos desarrollos en ciencias y nanotecnologías que pudieran infligir algún daño irreparable en la raza humana. Puede que una pandemia como la del Covid-19 no sea suficiente para extinguir a la raza humana. Pero la falta de pericia de los gobernantes de todo signo, condición y sitio para hacer frente conjuntamente y eficaz a amenazas globales como la que nos ocupa sí que puede ofrecer al traste con la continuidad de la especie. Es cuando menos lo que piensa el grupo de científicos que lidera el llamado \’Reloj del fin de todo el mundo\’, una herramienta simbólica que, a modo de metáfora, recuerda de año en año a la población mundial a cuánto está de provocar su propia destrucción.
Pese a sus tajantes juicios, no desean ser entendidos como predictores del futuro, sino como médicos que realizan un diagnóstico. «Observamos los datos, como los facultativos observan las pruebas de laboratorio y las radiografías. Tenemos en cuenta tantos síntomas, medidas y circunstancias como tengamos la posibilidad. Entonces llegamos a un juicio que sintetiza lo que podría ocurrir si los líderes y los ciudadanos no toman medidas», comentan. Desde entonces, ningún ámbito fue lo bastante malo a fin de que las manecillas, que comenzaron marcando 7 minutos antes del final, bajasen de los 2. Pero, con la caída del bloque soviético y el objetivo de la Guerra Fría, llegó el momento menos tenso, y en 1991 el reloj marcó la hora más distanciada del apocalipsis hasta ahora .
Qué Hacer En Caso De Apocalipsis Zombi, Según La Ciencia
El año pasado explicaron que, si bien la pandemia fué letal a enorme escala no es una amenaza a la existencia. Sus secuelas son graves y van a ser duraderas, pero el COVID no destruirá la civilización, si bien sea una llamada de atención histórica. En 2020, producto de la crisis sanitaria por el Covid-19, la reactivación de fabricación de armas nucleares en Corea del Norte, los inconvenientes entre Rusia y Ucrania, tal como el cambio climático, el reloj se movió lo más próximo que ha estado de la medianoche.
Los resultados de este análisis de la verdad mundial fueron publicados en el Folleto de los Científicos Atómicos , que edita la Escuela Harris de Políticas Públicas de la Facultad de Chicago con la colaboración de cien expertos internacionales, entre aquéllos que están distintos Premios Nobel. El resultado de esta evaluación ha sido anunciado en un acto público el 23 de enero en Washington . El trío de amenazas sigue siendo exactamente el mismo que en el balance de pero los autores estiman que la situación ha empeorado en los últimos 12 meses, especialmente en el apartado de la crisis climática. Pasa que el Homo Sapiens creció bastante en población desde un grupo muy pequeño, y esta hazaña tiene sus consecuencias. “Hay mucho más variación genética en unos pocos grupos de chimpancés salvajes que en toda la población humana”, nos señala Gee. Por un lado, jamás fué especialmente halagador ya que, al fin y al cabo, hablamos de un recordatorio del fin.
Hablamos de una analogía de la especie humana, que lamentablemente siempre y en todo momento se encuentra a minutos de la medianoche. La medianoche es el nombre poético que representa la destrucción total y catastrófica de la raza humana. El Folleto de los Científicos Atómicos ha dado a entender el estado del reloj del Juicio Final que efectúa un rastreo de la posibilidad de la aniquilación de la raza humana. Desde ese momento, el conjunto anunció anualmente si el minutero se ha acercado o distanciado de la medianoche, el marcador del desastre.