Cuanto Media El Meteorito Que Acabo Con Los Dinosaurios

Los resultados indican que el impactador era similar a la clase de meteoritos condrita carbonosa, varios de los materiales mucho más prístinos del sistema solar. Raramente, al tiempo que las condritas carbonáceas son comunes entre los varios cuerpos de una milla de ancho que se acercan a la Tierra, actualmente ninguna está cerca de los tamaños precisos para producir el impacto de Chicxulub con algún género de posibilidad razonable. Para solucionar este inconveniente, el aparato empleó modelos informáticos que rastrean de qué manera los elementos escapan del cinturón de asteroides principal, una región de cuerpos pequeños ubicada entre las órbitas de Marte y Júpiter. Durante eones, las fuerzas térmicas dejan que estos objetos se desvíen hacia activas “escotillas de escape” donde las \’patadas\’ gravitacionales de los planetas tienen la posibilidad de empujarlos a órbitas próximas a la Tierra.

cuanto media el meteorito que acabo con los dinosaurios

Eso incrementa la tasa de cometas como Chicxulub por el hecho de que estos extractos cruzan la órbita de la Tierra y golpean el planeta una vez cada 250 a 730 millones de años aproximadamente, destaca la Facultad de Harvard en una nota de difusión de la investigación firmada por dos de sus expertos. Utilizando análisis estadístico y simulaciones gravitacionales, Loeb y Siraj detallan que una fracción significativa de un género de cometa que se produce en la nube de Oort, una esfera de escombros en el borde del sistema solar, fue desviada de su curso por el campo gravitacional de Júpiter a lo largo de su órbita. Tan demoledora fue la colisión y más que nada sus consecuencias que los investigadores piensan que cambió el clima del planeta durante múltiples años y provocó la extinción de cerca del 75% de las especies que poblaban la Tierra, un extenso porcentaje que incluye a los dinosaurios.

Este Titanosaurio Vivió En La Patagonia Hace 95 Millones De Años

La extinción de los dinosaurios a fines del Cretácico fue consecuencia del brutal impacto de un asteroide que provocó inicialmente un sunami global que devastó el fondo marino, singularmente en el Atlántico. Esto incluye un elemento que golpeó hace unos 2.000 millones de años y dejó el cráter Vredefort en Sudáfrica, que es el cráter confirmado más grande en la historia de la Tierra, y el impactador que dejó el cráter Zhamanshin en Kazajstán, que es el cráter confirmado más grande en el último millones de años. De esta manera, el asteroide no se aproximó a la Tierra, como se había supuesto durante bastante tiempo, desde el sudeste.

“Nuestro documento da una base para argumentar la ocurrencia de este acontecimiento”, ha dicho Loeb. “Nos encontramos sugiriendo que, de hecho, si rompes un elemento en el momento en que se aproxima al sol, podría ofrecer sitio a la tasa de acontecimientos adecuada y también al género de impacto que mató a los dinosaurios”. Es por ello que los cometas de periodo largo, que tardan mucho más de 200 años en orbitar alrededor del sol, se nombran pastores solares, dijo. Los descubrimientos podrían llevar a una mayor comprensión sobre de qué manera se forman los cráteres en general. Las simulaciones tridimensionales, por poner un ejemplo, proponen que las rocas “rebotan” para rellenar una parte de la cubierta de impacto durante la etapa final de la formación del cráter, un desarrollo que sólo lleva unos minutos, conjeturan los investigadores.

El Meteorito Que Creó El Cráter De Chicxulub Medía Aproximadamente 11 Km

“Sesenta grados es el ángulo de encontronazo más mortal porque expulsa una mayor cantidad de material suficientemente veloz para sumergir el planeta”, explica Gareth Collins, del Imperial College de Londres, en declaraciones agarradas por Science Alert. El geólogo del Colegio Imperial de Londres Gareth Collins explica que ese ángulo es el peor posible en cuanto a las habilidades destructivas del meteorito pues es el que mayor cantidad de materiales eyecta a la atmósfera. Lo que mató a los dinosaurios no fue el meteorito en sí, sino la bajada de temperaturas que provocó la nube de roca, polvo y cenizas esparcidas a la atmósfera. Un ángulo con perfección vertical y perpendicular al suelo no hubiese causado unos daños tan devastadores. Sobre nuestro planeta han caído muchos meteoritos, pero el que terminó con los dinosaurios hace 66 millones de años fue algo realmente especial. “Esto hace aún más destacable el hecho de que la vida sobreviviera y se recuperara tan velozmente como lo hizo”.

«Este sunami se movió por todas y cada una de las cuencas oceánicas», asegura a Antes de CristoMolly Range, joven investigadora del Departamento de Ciencias de la Tierra y Medio Ambiente en la Universidad de Michigan. El estudio, que aún no se ha anunciado en una revista revisada por pares, fue anunciado en la reunión anual de la Unión Geofísica Americana celebrada el pasado diciembre en Washington. Lo que el grupo de Range hizo es modelar, por primera vez, de qué manera se extendieron las olas desde el encontronazo de la roca en aguas poco profundas del Golfo de México hasta el momento en que por fin desaparecieron. Según la simulación, para que hubieran fallecido mucho más del 70% de las especies, se debería haber mantenido la oscuridad durante 700 días. Creíamos ser los primeros terrestres en pisar la Luna, pero los dinosaurios podrían haberlo hecho millones de años antes.

El Cometa Que Mató A Los Dinosaurios: Nuevos Datos Sobre Su Origen Y Final

Tras catalogar todos los datos geológicos de Chicxulub, el equipo los cargó en una simulación. El meteorito que formó ese cráter cayó a 20 km por segundo en un ángulo de cerca de 60 grados sobre la horizontal. Solo cerca de una décima una parte de todos y cada uno de los asteroides del cinturón principal tienen una composición de condrita carbonosa, mientras que se supone que la mayor parte de los cometas de periodos largos la tienen.

“Nuestra explicación de la fuente del impactador de Chicxulub encaja a la perfección con lo que ya entendemos sobre cómo evolucionan los asteroides”. “Para explicar su ausencia, varios conjuntos anteriores han simulado grandes rupturas de asteroides y cometas en el sistema solar interior, observando multitud de impactos en la Tierra y el mucho más grande produce el cráter Chicxulub”, dijo Bottke. “Si bien varios de estos modelos tenían características interesantes, ninguno dio una coincidencia exitosa con lo que entendemos sobre asteroides y cometas. Daba la sensación de que todavía nos hacía falta algo esencial “. Cuando un meteorito impacta sobre un mundo, crea un orificio enorme que en pocos instantes se rellena de nuevo de tierra y roca para conformar un cráter. La forma y densidad del cráter permite saber cómo cayo de vuelta el material tras el impacto, y por tanto el ángulo en el que cayó el meteorito.

Por si acaso incendios y tsunamis no hubiesen sido bastante, elevó a la atmósfera una cantidad enorme de millones de toneladas de CO2 y azufre que desencadenaron un largo invierno. Aparte de la composición de los cometas, el nuevo Observatorio Vera Rubin en Chile puede ver la interrupción de las mareas de los cometas de largo periodo después de que entre en funcionamiento el próximo año. Apúntate a los newsletter que mucho más te interesen y recibe gratis los mejores reportajes, fotografías, y novedades cada semana en tu correo electrónico. En esta investigación han hecho unas simulaciones para saber cuánto tiempo estuvo el mundo gobernado por la oscuridad. Teniendo en cuenta que cerca del 73% de los vertebrados terrestres se extinguieron, fueron aumentando en el emulador los días de oscuridad hasta que se diese la cifra correcta. Se habría producido un enfriamiento esencial en todo el mundo y las plantas no podían funcionar de manera normal.

Un segundo modelo muestra de qué forma se propagó el tsunami mediante los océanos de todo el mundo según la altura de las olas y las velocidades de fluído. «Cuanto mayor sea la velocidad del flujo, más poderoso va a ser el tsunami», explica Range. En el Golfo de México, el sunami alcanzó una velocidad de hasta 40 metros por segundo . En las cuencas oceánicas del Atlántico norte, el Caribe y el Pacífico sur, la velocidad de las aguas se redujo a la mitad, mientras que en el Pacífico Norte, el Mediterráneo y el Atlántico Sur fueron mucho más bajas. «Esto implica una mayor oportunidad de ver la erosión y la alteración de los sedimentos en las cuencas oceánicas del Pacífico Sur, Atlántico Norte y Mediterráneo», enseña la investigadora. Exactamente, Ted Moore, profesor emérito en el mismo departamento, prepara una investigación sobre las patentizas físicas que respaldan las conclusiones de este trabajo.

“El alzamiento central del cráter se inclina levemente al suroeste, y las simulaciones numéricas del encontronazo lo reproducen”. En el estudio de tales restos se han encontrado diversos rastros que apuntan a que el cataclismo se produjo a finales de primavera o principios del verano en el hemisferio norte. Difícil imaginarse un instante más catastrófico, más apocalíptico, en toda la definitiva inmensidad de la palabra, que el protagonizado hace unos 66 millones de años por el meteorito que terminó con los dinosaurios. Las secuelas ecológicas de este sunami global fueron tráficas, generando una enorme mortandad en las ubicaciones mucho más perjudicadas – el Atlántico Norte y el Pacífico Sur –; lo que, por su parte, abría nichos ecológicos para otras especies y en consecuencia una sustitución de los ecosistemas. También habría perjudicado bastante las ubicaciones litorales, con lo que los investigadores en este momento planean un estudio relacionado con la inundación global de las costas a consecuencia del sunami.

Un segundo efecto, siempre según el estudio, es que la extinción podría haber seguido patrones diferentes en los dos hemisferios -en el sur no habría coincidido con la época de cría- e incluso ser menos marcada en ecosistemas con menor variación estacional. En este sentido, los autores señalan que “los efectos inmediatos provocados por el encontronazo, como la contaminación atmosférica, la carencia de luz del sol y los cambios veloces de temperatura se habrían dejado sentir con mucho más dureza en ecosistemas altamente estacionales”. “Deberíamos ver extractos mucho más pequeños que llegan a la Tierra con una mayor frecuencia desde la nube de Oort”, afirma Avi Loeb. “Espero que podamos probar la teoría teniendo más datos sobre cometas de períodos prolongados, obtener mejores estadísticas y tal vez ver prueba de algunos extractos”.