Además de esto, a lo largo de la expedición se realizaron mediciones de hondura a través de sondas con cables en todo el mundo.
Tal y como si se tratara de bloques de construcción infantiles, los aminoácidos se edifican unos sobre otros para conformar proteínas, que son las que forman a todos los seres vivos. La astrobióloga Laurie Barge y su aparato en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA en Pasadena, en California, están trabajando para reconocer la vida en otros planetas estudiando los orígenes de la vida aquí en la Tierra. Su investigación se enfoca en de qué manera los « ladrillos de la vida » se formaron en las fuentes hidrotermales que hay en el fondo del océano. Naturalmente, los submarinos ocupados por humanos no son la única forma de examinar y estudiar el océano. Feldman se ha especializado en tecnologías satelitales que registran el color del océano como un medio para medir la distribución y abundancia de fitoplancton, que puede cambiar velozmente e incluso duplicarse en un día. Y como el fondo de los océanos está tan inexplorado, especialmente a esas profundidades, se desconoce cuántas especies habitan esas zonas.
Titan Es El Submarino Con El Que La Nasa Desea Examinar Los Mares De Los Cuerpos Celestes
Ciertos estudios proponen que las fumarolas podrían estar similares con el origen de la vida en la Tierra. Como sucede con tantas otras cosas similares con el fondo oceánico, las fumarolas son un hallazgo reciente, y en consecuencia todavía queda mucho por estudiar de ellas y su efecto en el ambiente marino. Algunos están suficientemente cerca de la área como para que las erupciones expulsen lava, rocas y nubes de ceniza fuera del mar. A mayor hondura, mayor presión ejerce el agua, lo que por sí hace que los humanos no tengamos la posibilidad bucear alén de unos pocos cientos metros de hondura. La expedición del barco británico Challenger entre 1872 y 1876 fue la primera gran prospección submarina.
De igual forma que las mareas, las olas asimismo se forman a consecuencia de la acción gravitatoria del Sol y la Luna. Cuando esa fuerza gravitatoria actúa con fuerza sobre las masas de agua, acaba ocasionando las denominadas ‘olas de marea’, que nada tienen relación con los sunamis, cuya causa nada tiene que ver con las mareas. Podría decirse que las olas solo ‘transportan energía’, ocasionando unos movimientos circulares a través del océano que, si no hallan nada que los obstruya, pueden acabar viajando por toda la cuenca oceánica. Cuando la atracción gravitatoria de la Luna y del Sol coinciden, se producen las denominadas ‘mareas vivas’, es lo que pasa, por ejemplo a luna nueva o en la luna llena. En estos casos, la posición del Sol, la Luna y la Tierra están alineadas, multiplicando la atracción gravitatoria sobre el agua de los océanos.
«Además, investigar de qué manera la atmósfera, el océano y los minerales de los respiraderos chocan en todo lo mencionado puede asistirnos a acercanos a la probabilidad de que esto haya ocurrido en otro planeta», apunta en un aviso emitido por la NASA. Aunque no se note, la presión del aire que empuja hacia abajo nuestro cuerpo al nivel del mar es de precisamente 15 libras por pulgada cuadrada (algo así como cien mil Newton por metro cuadrado). Si fuésemos al espacio, más allá de la atmósfera terrestre, la presión bajaría a cero. Esto cambia radicalmente cuando nos sumergimos con un vehículo submarino, allí las fuerzas se acumulan a medida que este desciende. Hoy día, la NASA es uno de los activos de la Estación Espacial Internacional y tiene dos rover en Marte con los que busca evidencias de vida. Uno de sus mayores logros en los últimos tiempos fué taladrar por vez primera la área del mundo rojo.
“En cierta manera, es mucho más fácil mandar gente al espacio que al fondo del océano”, dijo Feldman a Oceana. “Las profundas presiones sobre el fondo del océano hacen que el ambiente sea increíblemente bien difícil de examinar”. Los estudiosos, dentro del buque Okeanos, encontraron los misteriosos agujeros el pasado 23 de julio, en el momento en que usaron un robot sumergible para examinar una cresta volcánica al norte del archipiélago de las Azores, cerca de Portugal. No es extraño que haya agujeros en el fondo marino, pero para sorpresa de los científicos, estos seguían un patrón uniforme, que parecía diseñado por la mano humana de no ser pues los agujeros se encuentran a 2,5 km de profundidad. Esta línea de investigación es esencial en tanto que los científicos estudian mundos en nuestro sistema del sol y alén de eso pueden albergar ambientes habitables. La luna de Júpiter, Europa y la luna de Saturno, Encélado , por servirnos de un ejemplo, podrían tener respiraderos hidrotermales en los océanos bajo sus costras heladas.
La Nasa Celebra Un Siglo De Vida
Unas de las criaturas abismales mucho más conocidas son los calamares colosales y los calamares colosales. Estos monstruos fueron origen de muchas leyendas en todo el tiempo, y aparte de estar muy bien amoldados a las profundidades, parte de su anatomía parece haber evolucionado para combatir contra cachalotes. La vida en estas zonas de los océanos no se limita a bacterias y otros microorganismos. Hay animales de distintos tipos, aunque su fachada suele ser muy distinta a eso que estamos familiarizados a conocer.
Sin embargo, tratándose de las profundidades marinas, la situación es bastante distinta. Lógicamente, la tecnología de la que disponíamos antiguamente no nos dejaba descender bastante, con lo que el fondo del océano se encontraba cubierto de misterio. Como es natural, es habitual querer entender mucho más de todo el mundo en el que vivimos, singularmente de determinados sitios que resultan singularmente difíciles de examinar, como las cimas mucho más altas o las cuevas más profundas. De la misma ocurrirá con los recursos del espacio, acorde vayamos ampliando la exploración de otros mundos fuera de la Tierra, el Derecho Internacional deberá ocuparse de los recursos de las profundidades del mar.
Curiosidades Sobre Los Océanos
A múltiples cientos de km de hondura asimismo viven especies como el pez baboso, otros peces con grandes denticiones, medusas brillantes, calamares gigantes, distintos crustáceos o pepinos de mar, por nombrar varios de los que contamos conocimiento. “En la inmersión del sábado hemos visto múltiples conjuntos de agujeros sublineales en el lecho marino. El origen de los orificios tiene a los científicos perplejos”, ha compartido la NOAA. “Los agujeros semejan hechos por humanos, pero los pequeños muchos de sedimentos a su alrededor sugieren que fueron excavados por… algo. ¿Cuál es tu hipótesis?”, plantea la institución científica. Los sistemas de sonar fueron utilizados para localizar el avión de Malaysia Airlines perdido el 2014, lo que resultó en el descubrimientos de volcanes submarinos extintos, montañas y trincheras que antes eran ignotas para los navegadores. Barge y Flores usaron ingredientes que se encuentran comúnmente en el océano de la Tierra en sus experimentos. Combinaron el agua, los minerales y las moléculas «predecesoras» piruvato y amoníaco , que son primordiales para iniciar la capacitación de aminoácidos.
Como tal, los volcanes submarinos no se comenzaron a estudiar hasta hace unas décadas, por lo que la información al respecto tiene límites. Como hemos citado previamente, descender al fondo del océano no es sencillo, y menos aún cerca de un volcán. En general, se conoce muy poco de estos cuerpos de agua que se forman en las profundidades marinas. Son un hallazgo parcialmente reciente, y no se dispone de mucha información respecto a sus especificaciones, los seres vivos que los habitan, o su efecto a gran escala en los ecosistemas marinos.
Por Tierra, Mar Y Aire
Otro de los orgullos de la agencia espacial estadounidense es el satélite Kepler, solicitado de la búsqueda de planetas habitables en el Universo. Su misión duró 14 años y en ese tiempo halló mucho más de 2.700 planetas candidatos a albergar vida. En el estudio de estos mundos, además de esto, se han afirmado 114 planetas en 69 sistemas estelares. El calor extremo que desarrollan y los minerales tóxicos que emiten las fumarolas no crean un ambiente singularmente satisfactorio.