De manera inmediata, sin Luna, no habría luz alguna durante la noche, lo que sería pernicioso para bastantes animales amoldados a la vida nocturna y que precisan la luz lunar para subsistir. Para empezar, entre los mayores cambios es que el ancho cinturón desértico que se extiende desde África Occidental hasta Oriente Medio sería sustituido por un vergel, un paisaje verde de tiempo húmedo y templado. Al mismo tiempo, las dunas cubrirían América del Norte y del Sur, hasta el punto de que el sur de Brasil y Argentina se convertirían en los mayores desiertos sobre la Tierra . Mientras, en Europa occidental, nos quedaríamos congelados a lo largo de los gélidos inviernos. La ionosfera que circunda a nuestro satélite, se distingue de la terrestre en el poco número de partÃculas ionizadas, asà como de la existencia de electrones poco energéticos que, arrancados del suelo de la Luna, son emitidos al espacio por el impacto de los rayos solares. En la actualidad, se pudo determinar la existencia de una cola de sodio compuesta por vapores que se desprenden de nuestro satélite de forma similar a como lo hacen los gases de los cometas.
En caso de que desapareciera nuestro satélite, las mareas no desaparecerían merced a la presión ejercida por el Sol. Si la Tierra se quedara sin Luna, para empezar, supondría una enorme pérdida para la humanidad. Pensemos que probablemente la astronomía surgió en el momento en que el hombre comenzó a buscar una explicación a las fases de este objeto celeste.
Si La Tierra Dejase De Girar, ¿habría Sobrevivientes?
A consecuencia de esas diferencias térmicas, se producirían vientos con velocidades de 200 o 300 km/h. El cambio climático sería tan extremo que provocaría una extinción masiva de la vida, salvo quizá en varias regiones entre la zona alumbrada y la de obscuridad persistente. En realidad, la Luna no da un giro en torno a la Tierra, sino que la Tierra y la Luna viran en torno al centro de masas de ambos. Sin embargo, al ser la Tierra un cuerpo grande, la gravedad que sobre ella ejercita la Luna es distinta en todos y cada punto. En el punto más próximo es mucho mayor que en el centro de masas de la Tierra, y mayor en éste que en el punto más distanciado de la Luna. AsÃ, mientras que la Tierra da un giro en torno al centro de gravedad del sistema Tierra-Luna, aparece al unísono una fuerza que intenta deformarla, dándole el aspecto de un huevo.
El Sol es 400 veces más grande pero también está 400 veces más lejos tal es así que los dos engloban precisamente exactamente el mismo ángulo sólido para un espectador ubicado en la Tierra. La Luna en un eclipse lunar puede contener hasta tres veces su diámetro dentro del cono de sombra provocado por la Tierra. Por contra en un eclipse solar la Luna solamente tapa al Sol y en ciertas una parte de su órbita, en el momento en que está más distante no llega a esconderlo totalmente, dejando una franja anular . La complejidad del movimiento lunar dificulta el cálculo de los eclipses y se debe tener presente en la periodicidad en que éstos se producen . AsÃ, cuando se dice que la Tierra describe una elipse en torno al Sol, en realidad se debe decir que la órbita la detalla el centro del sistema Tierra-Luna. Ambos astros, unidos por un eje invisible, forman algo asà como una haltera disimétrica que da un giro cerca de su centro de gravedad.
La Cara Oculta De La Luna
Supongo que la luna tiene un centro de gravedad sólido y que está desplazado con respecto a su centro geométrico y por atracción hace que esa zona esté mirando a la tierra y por consiguiente sincrónica. En primer lugar, la desaparición de la Luna supondría el adiós a las mareas tal y como las conocemos. Hoy, la fuerza de atracción gravitatoria de la Luna sobre la Tierra desfigura la corteza terrestre, produciendo de esta manera las oscilaciones cíclicas que conocemos como mareas.
Dado que la Luna salga aproximadamente una hora más tarde cada dÃa se explica conociendo la órbita de la Luna alrededor de la Tierra. La Luna completa una vuelta cerca de la Tierra precisamente una vez al mes. Si la Tierra no rotase sobre su eje, serÃa muy fácil detectar el movimiento de la Luna en su órbita. Este movimiento hace que la Luna avance en torno a 12º en el cielo cada dÃa. Si la Tierra no rotara, lo que se verÃa serÃa la Luna cruzando la bóveda celeste de oeste a este a lo largo de un par de semanas, y luego estarÃa dos semanas ausente (a lo largo de las que la Luna serÃa aparente en el lado contrario del Globo).
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Ahora que ya sabes que pasaría si la tierra dejara de girar quizás tienes temor de lo que sucedería si nuestro mundo un día se cansara de dar vueltas. Si es de esta forma has de saber que no sucederá, por el momento es realmente difícil que la Tierra se pare, así que todo cuanto hemos dicho no es más que una diversión con la que, de paso, aprendemos algo de física. La Tierra tarda 24 horas en dar una rotación completa sobre su eje, de ahí nuestra medida del tiempo para medir los días. Si la tierra dejase rotar sobre sí, los días se alargarían hasta perdurar 365 días, o sea, un año. Como posiblemente imagines, el resultado no es nada esperanzador y las posibilidades de que sobreviviera algún género de vida son prácticamente nulas.
Por servirnos de un ejemplo, el aumento del nivel del mar causado por el deshielo de glaciares o la atmósfera. Además, hay investigadores que piensan que la presencia de vida tiene la aptitud de influir en la velocidad de rotación de un planeta a partir de liberar gases como el oxígeno. La Luna detalla alrededor de la Tierra una elipse, con lo que la distancia entre los 2 astros varÃa y también la agilidad en la órbita. Dado que la rotación lunar es uniforme y su traslación no, ya que sigue las leyes de Kepler, se genera una Libración en longitud que deja ver un poco de la área lunar al Este y al Oeste, que de no ser asà no se verÃa. El plano de la órbita lunar está inclinado en relación a la EclÃptica unos 5º por lo que se genera una Libración en latitud que permite ver alternativamente un poco más allá del polo Norte o del Sur.
Es debido a la inclinación del eje de rotación de la Luna con respecto al plano de su órbita y a la eclÃptica. Dicho eje forma un ángulo de 88° 30â con el chato de la eclÃptica y como el de la órbita lunar es de 5º con respecto a la eclÃptica, entonces el ángulo formado con el eje de rotación de la Luna con el chato de su órbita es de 6° 30â. Por lo tanto, no solo pueden verse el polo norte y el polo sur de la Luna sino se logra ver 6° 30â más allá del polo sur. Esta libración es una suerte de cabeceo de norte a sur en un tiempo que no es igual a una revolución sideral pues es de 27,2 dÃas. Pero, como ocurre con otros cuerpos del Sistema Del sol, con el pasar de los años, sus periodos de rotación y de traslación se han sincronizado, por lo que, desde la Tierra, siempre vemos exactamente la misma cara.
Por consiguiente, si la Tierra deja de girar, un día duraría lo que ahora son 365 días, es decir, un año (6 meses de día, 6 meses a la noche). Esta duración se daría por el movimiento de translación, esto es, cubriendo los 365 días que tarda el mundo en ofrecer una vuelta completa alrededor del Sol, un movimiento que se produce a la vez que el de rotación. Sin embargo, si la Tierra deja de girar sobre sí misma, le llevaría 8.760 horas, lo que equivale a un año, volver a exactamente la misma posición inicial al llenar una vuelta entera alrededor del Sol. Hoy en dia, el eje de rotación de la Tierra efectúa un movimiento circular permanente llamado “precesión”. Todo ello merced al movimiento orbital de nuestro satélite, que se hace cargo de normalizar nuestro mundo. En el caso de que perdiéramos nuestro satélite, la precesión terrestre se ralentizaría, por lo que el eje de rotación terrestre perdería su seguridad.
Cuando Galileo apuntó su telescopio hacia la Luna en 1610 pudo distinguir dos regiones superficiales diferentes. A las zonas oscuras las denominó «mares», los cuales por supuesto no tienen agua y llevan nombres tales como Mar de la Serenidad y Mar de la Fecundidad; son planicies con pocos cráteres. El resto de la área lunar es más refulgente, y representa regiones más altas con una alta consistencia de cráteres, tales como Tycho y Clavius.